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jueves, 28 de abril de 2011

3. Oralidad

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Y sí, a pesar de todo Armand me dio las primeras clases y encaminó mi vida hacia lo que hoy soy, por eso, aún hoy le estoy altamente agradecida, pero bueno ¿quién no lo estaría?

Cuando aún estaba en la escuela, y mi conocimiento sobre el sexo era meramente enciclopédico, ya se lograba vislumbrar mi adicción al tema… el porno más que una diversión se convirtió en una guía didáctica para dar veracidad a las historias que asumía mías y que contaba a compañeras, éramos adolescentes con ganas de hablar de sexo pero con pocas horas de experiencia en la materia, y tras las pobres clases de educación sexual, logré un día conocer al menos temáticamente lo que hoy llamo “el maravilloso mundo de la oralidad”.

Armand fue el primero en probarme en este tema, a él le di mis primeras caricias o para ser más crudos y escuetos, fue a él quien le hice sexo oral por primera vez. Sé que no muchas mujeres lo disfrutan, pero en verdad les digo, aprender a sentir placer complaciendo a los demás, más que goce puede llegar a convertirse en un talento digno de poner en el campo de ‘otras habilidades’ en un Curriculum Vitae. Y se los digo así, hacer sexo oral no significa dar placer, es todo un talento que debes aprender mediante focus group, charlas, seminarios, clases virtuales y, claro está, haciéndolo.

La confianza de la relación seria con Armand me dio la oportunidad de utilizar nuestras horas de placer como clases prácticas, preguntándole cómo le gustaba más, diciéndole ¿te gusta así… o así? mientras le daba placer. Él no se negaba, le encantaba ver cómo me interesaba en el tema, y cuando les digo que le encantaba… en serio LES ASEGURO que le encantaba, creo yo que cada clase era mejor que la anterior. Sin embargo,  no fue el gran profesor del tema, hoy puedo decir que el maestro o guía espiritual del tema ha sido Ulises, mi mejor amigo, el hombre de mi vida, aquel que será uno de los personajes principales de mi blog y que en gran parte conoce a profundidad a Lilith, o sea a mi.

Tampoco Armand ha sido el único, pero tampoco han sido tantos, pues me parece que el maravilloso mundo de la oralidad no puede realizarse con cualquiera, (he tenido muchos buenos polvos sin usarlo ni mencionarlo siquiera), pero hoy, cuando han sido varios los beneficiarios de este servicio, puedo afirmar que mi espacio favorito de una jornada es cuando me encuentro en la tarea de dar placer.

Estuve obsesionada siempre con el tema, estoy segura que todas las mujeres que en alguna ocasión lo han hecho pueden atestiguar que la cara que ponen los hombres y gestos que hacen durante la faena, logran si no satisfacer a una mujer, por lo menos asegurar un orgasmo, bueno, no lo sé… en mi caso así es.

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